miércoles, 2 de marzo de 2011

Duele más de lo que imaginas, la rabia, la frustración y el coraje palpita en mis venas. Siento como me queman las lágrimas que caen una a una por mi mejilla, hasta acabar en mi mentón, y morir. Pensé que te importaba algo, un mínimo, me hiciste creer que sí, pero al final, la verdad, era que no. Yo creía en tí, y creía posible el estar contigo, pero, me has demostrado con tu silencio, que no te importo, tu falta de importancia me ha hecho entender, que no vas a luchar por mí, y me dejarás marchar, a pesar de que me quede esa ilusión de que vengas detrás mía, me agarres y me beses, y hagas que pare de llorar, pero, eso no vá a suceder, ¿verdad? Un placer haberte conocido, me has destinado a mi sentencia de muerte.

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